CADA UNO EN SU LUGAR (Pepi Ingrain)

Retrocedo en el tiempo, y mi memoria me traslada a mi mas tierna infancia,y con ello me vienen a la cabeza ráfagas y recuerdos entrecortados.

Una persona que me marcó gratamente por su capacidad de amor incondicional,fue mi abuela. Era una mujer buena y cariñosa como ninguna, su cariño hacia mí 

quedó patente hasta el ultimo día de su vida.

Con los años creo que, un poco, la fui imitando tratando a los más cercanos de

forma casi maternal; hoy me doy cuenta que con esa aptitud dejas de vivir un

poco tu propia vida y con ello puedes llegar a llevarte decepciones muy grandes;

el único consuelo que queda por tal estilo de vida es la certeza de no tener que

arrepentirte de nada y de poder tener la conciencia muy tranquila.

Aquella abuelita tan tierna sé con certeza que fue muy feliz cuidando a sus nietos

e hijos con un cariño que rebasaba su propia inmortalidad; si, porque para mi 

sigue estando conmigo como si realmente viviera. Era un ejemplo a seguir para 

todas las mujeres de mi familia y un apoyo incondicional para sus hijos.

Sé que allí donde esté estará cocinando, ya que era lo que más le gustaba y

mejor hacia; sus croquetas eran una delicia, sé que tiene que estar en un lugar

muy especial porque el destino de las personas así se comporta, a cada cual 

nos pone en su lugar.