En la rama de un mustio árbol, un jilguerillo,
tristemente se quejaba.
En un jardín muy cercano, un rosal sin querer escuchar, escuchaba
los lamentos, del mustio y triste jilguero.
... ¿Oye jilguero le dijo, alzando el rosal la voz¿
Quieres explicar a este pobre rosal el motivo de tus quejas.
Presto contesto el jilguero,
no tengo quien me de calor, soy huérfano de padre y madre,
tengo hambre paso frio.
El rosal le contesto ven, baja pósate en mis verdes ramas.
Cuidare de ti, te brindaré mi calor, cuando llegue la primavera
y en mi florezcan las rosas, tus pequeñas alas hoy marchitas
las bordaré de color.
La primavera llegó y con fuerza brilló él Sol,
y aquel viejo rosal recobró la vida y su la alegría,
y por fin un día el jilguero, se lleno de colorido
y abriendo su pico y cantó.
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