¡POR FIN ESTAMOS CASADOS! (Sara Avellaneda)

Jueves 22 de Marzo del 2012

Todo parecía tan maravilloso como el primer día, el primer día que nos conocimos hace ya 15 años, y mira por donde ya estamos casados, justo des de ayer, y disfrutando de esta maravillosa Luna de Miel, en las Islas Maldivas, donde el tiempo es tan acogedor, como sus habitantes...

La verdad, no tenía ni idea de que íbamos a venir a este lugar tan precioso, mas que nada porque yo no acababa de decidirme, y ahora marido, quiso darme esta grata sorpresa, porque sabía que me iba a entusiasmar.

Mi marido, se dedica des de bien jovencito al mundo de los negocios internacionales, por eso no es de extrañar que sepa elegir muy, muy bien, y no lo digo porque esté con migo. Es un hombre, alto, rubio, ojos azules, y muy, muy atractivo, a parte de buena persona, viene de una familia asentada del Norte de Inglaterra, su padre le hizo heredar todo su capital a parte de todo su negocio de industrias navales de exportación e importación... Pero yo no me fijé en él por eso, sinò porque siempre ha sido tan detallista, tan amable conmigo, tan cariñoso...Aunque frecuentemente tenía que salir de viajes de negocios, y la verdad, eso yo lo llevaba muy mal...

Yo en cambio, bueno, no es que esté nada mal físicamente, pero soy más normalita, pero claro, depende a que sitios tenga que ir con él... tengo que sacarme todo el partido que tenga, alguna presentación, invitaciones a fiestas...etc...Aunque algunas son íntimas de empresa claro.

Yo provengo de una familia humilde, del Sud de España, la verdad domino el Inglés, porque estuve viviendo largas temporadas en Inglaterra, que fue donde conocí a mi marido, aunque después iba y venía...

Así que así somos más o menos...

Y este lugar es tan maravilloso... Que suerte tengo de estar con una persona que piensa tanto en mí, la verdad... mañana, aunque nos traen siempre el desayuno al hotel... se lo prepararé yo

( A la mañana siguiente )

¿ No está ? Que raro... si todavía son las 7 de la mañana... busco por toda la habitación y le llamo, pero nada... llamo a recepción, haber si lo han visto, porque en este hotel, él solía venir con frecuencia por temas de trabajo, además no me comentó nada de que tuviera que marcharse, falta parte de su equipaje, y incluso habíamos hecho planes de ir hoy a dar clases de buceo... y explorar un poquito los alrededores... Pues nada, me visto corriendo, cojo un croissant, y voy en su busca... ¡Ah! Primero, llamarle al móvil, ¿ cómo no se me había ocurrido antes ? Un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro tonos, y el buzón... lo vuelvo a intentar, otra vez el buzón... le voy a dejar un mensaje: “ Hola Cariño, soy yo, estoy en la habitación, y nada que no se donde has ido, y en recepción no te han visto, llámame por favor estoy angustiada “ Después de vestirme todo lo rápido que puedo, y sin peinarme apenas, salgo al balcón, porque es allí donde dejé la otra noche los zapatos, y entonces... me parece oir su voz... bueno, más bien su voz, y sus carcajadas... Asomo la cabeza por encima del balcón de piedra, y cual fue mi sorpresa, que vi a mi queridísimo recién estrenado marido, con una chica 20 años más joven que él y que yo, rubia, alta, con un escote de vértigo y unas piernas súper largas... no pude resistirme... así que corrí escaleras abajo, sin esperar el maldito ascensor, y me fui derecha a ellos dos. Él parecía impasible ante mi presencia, y ella también... y yo pensaba pero, ¿ porque no se inmutan ? ¿ Y mi marido, porque no se pone rojo como un cangrejo ?

Entonces, antes de que pudiera decir nada, mi marido me dijo que era la relaciones públicas del Hotel, y que estuviera tranquila... Entonces ella nos explicó las instalaciones, y todas las prestaciones que nos ofrecía todo aquel maravilloso recinto.

Claro... entonces me acordé que hoy era cuando nos explicarían con tranquilidad como funcionaba todo, el tema de las pulseras famosas, las excursiones guiadas des de el hotel...etc...

Bueno, me quedé tranquila, pero más tranquila me quedé cuando mi marido, cariñosamente y cogiéndome de la mano, esa misma noche, me confesó que tan solo me quería a mi, sólo a mi, que en 15 años ha visto a muchísimas mujeres, pero que como yo, no hay ninguna para él...

Y nos fundimos en un tierno abrazo, mientras quedábamos inconfundiblemente inseparables, bajo el blanco manto de la Luna de aquellas inolvidables Islas Maldivas.

SARA