MI AMIGA (Agustín Rueda)

Clara: es una de mis mejores amigas; tenemos una relación desde hace tres años, el día que la vi por primera vez estaba sola paseaba calle arriba y calle abajo como alma en pena.

Pasaron dos días, aquella lluviosa mañana la volví a ver; ojerosa y desnutrida se había refugiado en mi portal: la recogí la metí en casa, la bañe y la alimenté aquellos ojos que hacia una hora estaban tristes relucieron como si hubieran visto la luz por primera vez. Desde entonces vivimos juntas.

Hoy es para mí un día triste al llegar a casa no ha salido como cada día a recibirme, la he buscado por toda la casa y ni rastro ha desaparecido, pregunto al vecindario y un vecino me a dicho que la vio a primera hora de la mañana, que la llamó y sin volver la cabeza salió corriendo y doblando la esquina desapareció.

Fui a la autoridad a denunciar su desaparición; después de dar sus datos, me dijeron que harían todo lo posible por encontrarla; les di mi número de teléfono y me marche a casa angustiada.

A los tres días el teléfono sonó: era la policía, por fin la habían encontrado. Rápidamente me dirigí al cuartelillo y, allí estaba, lastimada y sucia; al verme se abalanzo sobre mí, la estreché en mis brazos, estaba temblado: la policía me dijo que le habían aviso de la perrera y que gracias al chip pudieron saber que el animal posiblemente se había extraviado.

De nuevo la felicidad me ha sonreído.